Todos, ya sea por obligación o por puro placer, hemos tenido un libro entre nuestras manos. La lectura nos permite sumergirnos en universos desconocidos o ampliar nuestros conocimientos sobre un sinfín de temáticas. Pero, ¿cómo procesa nuestro cerebro la información que estamos leyendo y cómo la retiene? ¿Cómo somos capaces de entender lo que se nos está contando?

Mauricio Díaz Muñoz, investigador del Instituto de Neurobiología de la UNAM sostiene que, cuando hablamos o escribimos, distintas zonas de nuestro cerebro entran en funcionamiento.

La lectura activa una región concreta del encéfalo, un fenómeno que provoca la excitación de nuestras neuronas y la liberación de nutrientes por parte de diversos vasos sanguíneos. Este proceso biológico nos permite comprender las palabras que nuestros ojos están recorriendo.

“La lectura es una actividad en la que el cerebro desempeña múltiples acciones simultáneamente. Diversas zonas del encéfalo deben coordinarse y comunicarse para posibilitar que cada individuo, al leer, reconozca signos o elementos gráficos, los cuales son captados por nuestra vista y posteriormente interpretados, otorgándoles contexto y significado”, explicó el investigador.

Nuestro cerebro tiene el desafío de descifrar como palabras la secuencia de símbolos que estamos observando. El proceso comienza con la formación de conceptos, que luego se estructuran en oraciones y se leen en un orden específico para cobrar sentido. Posteriormente, a nivel semántico, evaluamos si el texto es coherente. Finalmente, llegamos a la etapa de comprensión, que dota a nuestra lectura de un significado emocional.

“Si leemos que un barco de refugiados naufragó en el Mediterráneo cuando se dirigía a Europa, eso nos conmueve, porque simboliza una tragedia. Interpretamos este hecho en nuestro cerebro con un componente emocional. Dependiendo de lo que leamos, despertamos distintas emociones en nuestro cuerpo, lo que implica la activación de otros componentes cerebrales”, concluyó el especialista universitario.

La importancia de la lectura: un desafío para las escuelas y las familias

Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), sólo cuatro de cada diez mexicanos leen libros, con un promedio anual de cuatro obras por persona. En este contexto, Mauricio Díaz Muñoz, investigador de la UNAM, señala que actualmente las instituciones educativas y los padres y madres de familia enfrentan un desafío crucial: mejorar las habilidades de lectura para asimilar de manera óptima la información, y con ello, potenciar el aprendizaje.

La lectura frecuente no solo es esencial para nuestra vida diaria porque nos permite informarnos o aprender, sino también porque esta actividad estimula nuestra concentración y desarrolla nuestra imaginación.

“Existe un único método para aprender a leer: la práctica. Cuanto más leemos, nos convertimos en lectores más hábiles, lo que implica que comprendemos más rápidamente y de una forma más efectiva la información que se nos proporciona. Hay cerebros que pueden captar e interpretar la información rápidamente, mientras que otros necesitan ayuda y requieren practicar con mayor frecuencia. Sin embargo, todos somos capaces de leer y mejorar nuestra capacidad de lectura”, afirmó Díaz Muñoz.

Ideas destacadas

  1. La lectura, ya sea por obligación o por placer, nos permite sumergirnos en diversos mundos y ampliar nuestro conocimiento sobre diversos temas.
  2. El cerebro tiene un papel fundamental en el proceso de lectura, activando diversas zonas cerebrales que permiten la interpretación y comprensión de la información que estamos leyendo.
  3. Durante la lectura, se produce un proceso complejo y coordinado en el cerebro que implica la identificación de signos gráficos, su interpretación y la asignación de contexto y significado.
  4. El cerebro no solo interpreta las palabras y oraciones, sino que también evalúa a nivel semántico la coherencia del texto y proporciona una interpretación emotiva, lo que contribuye a una comprensión más profunda y personal de la lectura.
  5. A pesar de que solo cuatro de cada diez mexicanos leen libros, la lectura es fundamental para la vida diaria porque favorece la concentración, estimula la imaginación y proporciona una manera efectiva de absorber información.
  6. La práctica constante de la lectura es esencial para mejorar nuestras habilidades lectoras y, por ende, nuestra capacidad de comprensión, interpretación y retención de la información. A pesar de las diferencias individuales en la rapidez para captar e interpretar la información, todos somos capaces de mejorar nuestra lectura mediante la práctica.

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